Monday 19 November 2007

El amor + un sí, quiero (III)

Me llevo bien con la madre de Claudia, pero no sé si lo suficiente como para ir a su cena de cumpleaños. Es una mujer culta, de belleza clásica y talante dialogante y seductor, más incluso que el de su hija. He hablado muchas veces con ella sobre temas diversos. Todas sus opiniones son maduras, sin duda frutos de una profunda reflexión.

─ No sé, ¿estás segura de que le gustaría?
─ Claro que sí, mi madre te adora. Bromeando ha llegado a decir que si fuera más joven te pediría matrimonio.
─ Vaya, no se anda por las ramas. En ese caso dile que iré.
─ Será una noche fantástica.

Acudir a esa fiesta es un paso importante en nuestra relación. Quizá sea hora de iniciar algo más serio. Desde luego, resultaría el mejor regalo para su madre, pero dudo que fuera lo mejor para nosotros. En mi opinión, si alguna vez han nacido dos personas para ser amigos y nada más, esas somos Claudia y yo.

─ Claudia, ¿qué acaba de decir el profesor?
─ Ni lo sé ni me importa, es inaguantable.
─ No puedes ser así. Dijiste que querías empezar a venir a esta clase.
─ No mientas. ¿Te apetece tomar un café?

En el fondo me gustan sus cambios de humor, la hacen más interesante y sensual. Son esos cambios de humor en combinación con el resto de su personalidad los que hacen que tenga los mejores amigos y las peores enemigas. Es muy especial. Hay una chica con las que se lleva especialmente mal, se odian. Pero no de cualquier forma, es un odio agudizado por el hecho de que durante unos meses fueron íntimas amigas. Eran tan amigas que en aquella época me daba miedo hablar con Claudia porque era lo mismo que hablar con la otra.

─ ¿Qué crees que debería regalarle a tu madre?
─ ¿Qué tal un anillo de compromiso?
─ (Tras un ligero chisteo y una leve sonrisa.) Eso mejor para la hija.
─ Sí, quiero.