Friday 29 February 2008

Ando como hormiguita...

Ando como hormiguita por tu espalda,
ando por la quebrada dulce de la seda.
Vengo de las alturas de tus nalgas
hacia el oro que se derrama y se me enreda.

Tú te vuelves pidiendo el cielo,
apuntando a la luz con flores,
y como lazarillos son los sabores
en tu jardín de anhelos.

Silvio Rodríguez (1994)

Saturday 16 February 2008

El blog de Violet

No he podido dejar de reírme durante un buen rato viendo el fabuloso blog de Violet, una ¿chica? de 12 años -creo- de Salt Lake City (Utah). En él la podemos ver recién salida de la ducha o practicando esquí con una amiga. El blog está centrado en sus viajes (es una home schooled, ¿saes?) por el Reino Unido, Italia o Canadá... y por todo EE UU junto a sus padres, que están haciendo un gran trabajo, obviamente.

Se la ve despierta para su edad, pero es un poco inexpresiva, ¿no? Muy recomendable.

Todas las fotos son de Violet's Space

Actualización (17 de febrero): A petición de la mamá de Violet, ahí va una traducción (tos) patatera:

I've been laughing for a while reading the wonderful blog of Violet, a twelve-year-old girl (?) from Salt Lake City, in Utah. We can see Violet just after having a shower or skiing with a friend. The blog is about her travels (she's home schooled, you know?) around the UK, Italy, Canada... and all around the US with her parents, who are doing a great job, obviously.

She looks bright for her age, but a somewhat inexpressive, doesn't she? Highly recommended.

Friday 15 February 2008

Morir en Escábilo (II)

Ana Tema, emperatriz constelada de una herencia solar; Ana Arca, generatriz orática, álveo lábil del Nilo de los desheredados.

Buscándose a sí mismas y la una a la otra en un “hasta que encuentre un sentido a todo, falso o no, deja que piense que me has destrozado la vida” enfermizo. Eran el paradigma de pareja de anas, dos asesinas muy poco humanas bien conocidas. Últimamente apenas necesitaban matar a nadie, solo anunciaban su objetivo y éste aparecía muerto por voluntad propia en unas horas. Su eficacia nunca ha sido puesta en entredicho por alguien que no sea un fiambre hoy. Mataron juntas a 1533 personas en 10 años. Muchos encargos míos, muchos cerdos, muchas cerdas y algunas amantes.

Se están mirando a los ojos en Plaza Boel, yo en mi azotea. La gente sabe que no debe salir a la calle en unas horas. No va a pasar nada, pero una distracción en el duelo equilibrado de mis anas asesinas no es deseable en ningún caso. Tema es más sutil, tiene más recursos en la distancia mientras Arca ganaría siempre en un cuerpo a cuerpo, poco probable todavía. Entonces veo a dos personas paseando tranquilamente por la plaza. No debían estar allí, pobre Malios. Miro al cielo y rezo, apunto y disparo...

Me ha llegado la hora. Ajusto el dedo del chico en el gatillo, pero no va a tener fuerza para accionarlo. Empujo entonces su pequeño dedo y, por fin, mi pistola expulsa la bala que me está atravesando el cráneo y que me ha dejado un agujero irreparable entre los ojos. Ya muertos, nos cogemos de la mano y caminamos juntos hacia casa, advirtiendo con gestos simples a las anas que no es hora de duelos ni de celos. La plaza queda vacía con un charquito menguante de sangre.

Foto de Compound Eye

Flash poético trascendental

Revoluciones
Los oprimidos,
quienes las andan;
los opresores,
quienes las mandan.

Fin del mundo
El fin del mundo
llegará el día
en que un robot
haga poesía.

Dios
Luz del camino
de quien no atina
en el negro sino
que se avecina.

Saturday 9 February 2008

Justifiguraciones insiladas

Justifigurando macramés de lopanía
metatonicé el amor de temefario
con el anostero bagaje del ramario
que crislosida beterados y zaguanes.

En el aslopetio rimifundo del rosario
zapasmetan los legados y los brisos,
los cuarletos del ayer sitronizado
y las tetas de Pregana sin hesaldos.

Insilaminando lo que rumen las bisagras
matinidoré las piezas de tu estrazgo
y con el lidumen basto de mi orfando
materialicé las jundas que has quebrado.

Sunday 3 February 2008

Morir en Escábilo (I)

Les invito a imaginar esta mañana luciente y ardiente como otro de tantos días oscuros y gélidos en la aceitosa ciudad de Escábilo. Eternamente rubio, Malios pasea cogido por la mano de su madre. Su papaíto murió hace algunos años, con cincuenta y dos hierbas, vía enfermedad cardíaca porque en el mundo no hay conciencia sentada; si la hubiera, habría muerto menos fulminante y quedamente. Malios, sin embargo, es un joven proporcionado: cauteloso y circunspecto, instruido y preclaro... todo lo que una dama escabilien soñaría. Ella siempre me pareció una fulana, o siempre lo fue, obligada por el gatillo de su marido. El viento, suave y apacible, dulce céfiro, columpia las hojas de los árboles e incluso los deja huérfanos de su abrigo. Púber y Explorada pasean espectrales en tanto yo los observo, vista impresionista, desde la azotea de un edificio cercano. Miro al cielo y rezo, apunto y disparo. Compruebo que el niño está muriendo: yace sobre la Tierra, su sangre brota todavía, su cuerpo, en blanco y negro, trepida, dice te quiero a su mamá...

Soy Boel Tasbiri. Joven, pero he olvidado las canciones de campamento, me siento como un metal quebrado, viejo y oxidado que envejece y se oxida olvidado como las canciones de campamento. Soy menos valle que colina y más cometa que planeta, más siniestro que diestro y menos tumba que clavel. Viví donde nací para morir plácidamente.

Ahora caminaré hacia el parque para saludar y despedir a la pareja. Me presentaré a la madre como el asesino y la consolaré. Malios me insultará, esputo con sangre, y lanzará una patada contra mi rodilla. Entonces acertaré que no merezco vivir: me arrodillaré ante Malios y le susurraré al oído. Con mi ayuda logrará que una bala, antes contigua a la que lo atravesó a él, surque la testa de su asesino. Moriremos, abrazados, ab intestato.

Foto de Paulo Barcellos Jr.

Saturday 2 February 2008

Es a ti

¿Nos conocemos tú y yo?
Creo que nos cruzamos
cuando entraste
en mi ciudad en quiebra
de puntillas sobre ti.

¿O eres tú
la de la falda verde,
que miré en la biblioteca de los libros
de las páginas rotas?
¿Me las arrancaste tú?

No, jamás me harías eso,
dormida como estás ahora
reparándote los daños
que te traspaso
de la luz que me decora...
lo que será tuyo.