Probablemente el primer poema que jamás escribí, hace ya varios años, y se nota :-). Hoy por hoy, podría llamarse El eterno retorno.
Ardiente Sol en el atardecer
que allá te ocultas sin remedio humano,
ignorante del hado del gusano
que muere en los recuerdos del ayer.
Después de aquellas dos miradas rojas
frente a frente, furtivas, llameantes.
Después de nada ser ya como antes
te marchaste, cual de un árbol sus hojas.
¿Qué fue de aquellas jóvenes promesas?
¿Qué de aquellos momentos de tensión
devorando las rosas dulces fresas?
¿Qué de aquellos encuentros de pasión?
Ya no quedan, tal como tú, princesas.
Para mí ya se ha bajado el telón.