No era medianoche y pregunté
Si eran a granel tus besos
Uno y dos, otro y más
Seguidos sin respirar siquiera
A ciento el par, pensaba
No me va a llegar con esto
Y fue que me bajé a la tierra
A tiempo para oírte de mis labios
«Te los dejo gratis, tonto
Si me retornas el aliento»