Las anas son, por encima de cualquier otra cosa, unas asesinas despiadadas, racionales e infalibles. Mujeres que llegan de frente, se decoran la boca y te hablan al oído, te envuelven con sus brazos, te rodean con delicadeza y te apuñalan por la espalda. No tienes tiempo ni para preguntar por qué, pero si lo tuvieras morirías con la convicción de que debías morir.
Actualmente no hay más de dos docenas activas, pero no hace muchos años superaban las trescientas cuarenta. Se ocupaban de llevar a cabo el trabajo operativo de la Misión. Algunas de ellas se sublevaron bajo las órdenes de Ana Arca y comenzó una guerra interna que no ha parado y que causó la muerte de muchas anas y la desaparición de otras, como Ana Coreta, la más prolífica en los inicios, la más linda.
El bando fiel lo lidera Ana Tema, elegante donde las haya, limpia, ha conseguido eliminar a la mayor parte de sus enemigas. Hace unos meses pudo haber acabado con Arca y con esta absurda situación, pero dos inconscientes se entrometieron en la lucha.