Saturday 17 November 2007

Más que nunca, noche largas

Noches largas éstas en las que todo funciona sin rumbo y los árboles se quejan de la ausencia de un viento que les haga olvidar su inmovilidad. Noches largas éstas en las que la Luna no guía ni la estrella Polar, éstas en las que la gente no sabe dónde está ni le importa de dónde viene y sabe que no va a ningún sitio.

Largas y oscuras estas noches lúgubres de ruido y desatino sustanciales, de brillo mate, de blanco y negro. Oscuras y largas noches todas en las que las estatuas se quedan sin pareja porque no la tenían o porque sí, porque no pueden bailar solas, porque están y sobre todo son solas, porque necesitan un empujón que no piden o porque lo piden y no las escuchan, o porque las escuchan y no les hacen caso o porque las desprecian simplemente en un alarde generoso de nulidad. Largas, muy largas, que de largas son oscuras; y oscuras, muy oscuras, que de oscuras no son solo largas, sino tristes y melancólicas y agotadoras y prolíficas sentimentalmente.

Aún queda casi toda la longitud de la noche y no te extrañe si digo que todavía hay luz, que queda lo más ínfimo y ver apagarse las paupérrimas luces que sobrevivan tras unas horas desde ahora, en esta noche infinible que comienza. No sé si de veras quiero que acabe, pero lo más desastroso es que ni siquiera sé si empezó, quizá sea un sueño horrible, una pesadilla indeseable para nadie que viva, para nadie que viva y desee seguir viviendo... Yo deseo hacerlo así, maravillosamente, o como sea. No importa, pero vivo... y coleando.

1 comment:

  1. Vamos, leñe, que esto no lo haya comentado nadie, yo no lo entiendo.
    Yo me he pegado un viaje de estos que no llevan aullidos, de donde el silencio mana y los grillos lanzan sus oraciones al inclemente cielo, mientras intentaba descodificar todos los momentos de donde las palabras surcaban de los latidos sus misterios...
    Un beso.

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